miércoles, 22 de septiembre de 2010

UNA PENA

Oriente vivió una noche triste en Ibagué. La grave lesión de Francisco Argüello lo cambió todo en un partido que empezaba a presentarse "remontable" y que acabó con una derrota que lo dejó al margen de la Copa Sudamericana.
A partir de la imprudente entrada de Hurtado que provocó la fractura de tibia y peroné de la pierna derecha del aguerrido volante paraguayo, al encuentro le sobraron minutos, ya que el estado de ánimo de los jugadores de Oriente, del Tolima y del propio árbitro, era de los peores.
Si el Reglamento permitiese suspender un cotejo por situaciones como esas, lo hubiesen hecho, pero el show debía continuar, y así fue. Ambos con uno menos por la expulsión del energúmeno Peinado y del no menos iracundo Bolívar, y con Tolima en ventaja con el gol madrugador de Medina, tras falla del Gato Fernández, y la escurridiza acción de Perlaza que le daba la clasificación.
Oriente sacó lo que le quedaba en sus reservas anímicas, aprovechó que Tolima le cedió la pelota y el terreno e intentó lograr al descuento que le daba el pase. No le sobraron argumentos para llegar al gol, insistió a través del juego aéreo, talón de Aquiles de los colombianos, pero no tuvo suerte ni precisión y se quedó en cero.

No se dio por vencido ni estando herido. Por eso sus jugadores salieron de la cancha de pie, con la mirada triste pero con la frente alta. Fue lo rescatable en esta noche desgraciada en la que luchó hasta el final.

* Foto El Día.

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