domingo, 23 de enero de 2011

EL DUENDE Y SU CAMARILLA

Pobre Marcelo Robledo. Ayer fue una suerte de Duende, por sus manos de lana, flojas, incapaces de atenazar una pelota e impedir que los delanteros de Aurora la tengan fácil para vencer a Guabirá en el Félix Capriles.
El sombrerudo personaje, según la tradición, tiene una mano de lana y otra de fierro, bueno, en este caso, Robledo tuvo las dos de lana, porque de otro modo no se le hubiesen escapado ese par de pelotas fáciles de atrapar y terminaron en los goles del paraguayo Aquilino Villalba y en el penal que anotó el colombiano Diómedes Peña.
Pero sus compañeros tampoco hicieron mucho para ayudarlo a enmendar errores y que la suerte sea de Guabirá sea distinta, porque incluso fallaron goles "cantados", sin arquero, tal el caso de Adrián Cuéllar, que no logró concretar con arco desguarnecido cuando el partido estaba igualado sin goles. Pudo ser otra la historia, sin embargo Dulcich tuvo quien le sacara las castañas del fuego.
Como para que aquellos que creen en las historias de las abuelas, no tengan dudas de que fue el Duende quien metió la mano y amargó al azucarero.

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