Oriente puso fin al mal humor que le generaron un par de resultados adversos en el torneo local, con una buena actuación ante Gremio, en su despedida de esta nueva versión de la Copa Libertadores de América.
El refinero pasó de un aceptable primer tiempo a una excelente segunda etapa, en la cual tuvo la contundencia que le había faltado en otros partidos, y acabó dándole un baile al cuadro brasileño, que avanzó de ronda, junto al Junior de Barranquilla, masticando bronca por la inesperada caída.
Oriente dejó atrás la inoperancia ofensiva y las rabietas infantiles que le costaron caro la semana pasada, jugó con la tranquilidad y concentración que exigen los partidos, y, la evidencia está a la vista, le fue mucho mejor.
Con la lección aprendida y la satisfacción de haber goleado a un poderoso como Gremio, el equipo albiverde quedó en el camino en la Copa Libertadores. Ahora va por la revancha, lograr un cupo para la próxima versión. Está cerca de lograrlo.
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