jueves, 22 de octubre de 2009

CON MUCHA ALTURA

En silencio, con humildad y mucha fe. Así construyó Blooming, sus dirigentes, jugadores y dirigentes, su gran obra.
Hizo oídos sordos a los agravios que trataron de restarle legitimidad a su triunfo de local ante Bolívar, por un supuesto favoritismo arbitral. No respondió en los medios y se limitó a hacer lo suyo en la cancha.

Tampoco abrió el paraguas recurriendo a la dificultad que representa jugar en la altura para un equipo del llano, ni se acordó de que el árbitro Jordán tuvo una actuación polémica cuando cayó ante Aurora en la final del año pasado. No puso ningún tipo de excusas. Simplemente se dedicó a jugar.

No criticó el fallo del Tribunal de Justicia Deportiva que castigó a Leonel Reyes, de Bolívar, con un partido de suspensión, cuando pudo haberle dado por lo menos un par por ser reincidente, y le permitió ser de la partida en la revancha disputada anoche. Aceptó la determinación sin ver manos negras ni fantasmas rondando la final.
Jugó con alma y vida en la cancha del estadio Hernando Siles, disputó cada pelota como si fuese la última de su vida, con mucho temple y hombría, pero siempre con lealtad, sin mala intención.
Por todo esto, Blooming es un digno y legítimo campeón. Se impuso haciendo honor a su estirpe y tradición, fiel a su historia. Con mucha altura.

* Foto el Deber

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