
Tras lo ocurrido ayer ante Universitario, parafraseamos aquel titular, cambiando el nombre propio: "De Boyero también se vive...". La actuación del cordobés nos trajo a la mente aquellas memorables jornadas de su coterráneo, tan oportuno y goleador como él; salvador de tardes y noches que no eran de las mejores.
Boyero fue clave para que Blooming terminara ganando sin angustia, festejando con entusiasmo, reencontrándose con el triunfo, con una victoria holgada inimaginable hasta hace poco, y acabara pasando el primer examen de Copo Andrada como local, con aceptable nota.
El goleador apareció en toda su dimensión y entusiasmó a sus compañeros, los ayudó a jugar con mayor confianza, con mayor determinación, algo que no tuvo frente a San José y le costó la derrota.
A Blooming le falta mucho para ser un equipo sólido, confiable, porque carece de aplomo y jerarquía en la zaga, y fluidez en el mediocampo. Sin embargo, por lo menos sacó en limpio que la convicción, la confianza y el entusiasmo son claves para ganar.
* Foto Los Tiempos
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