
No hubo acuerdo para la rescisión del contrato y cada una de las partes se mantiene firme en su posición. Repetto quiere 30.000 dólares para marcharse, en tanto que en Blooming sostienen que no tienen ese dinero y además ahora lo acusan de haber incumplido el contrato por no dedicarse a las divisiones, motivo por el cual le mandaron una carta de despido.
El entrenador uruguayo recurrirá a la FIFA para que le paguen y los directivos celestes lo demandarán al Tribunal de Resolución de Disputas por el mencionado incumplimiento de contrato.
Todo un lamentable culebrón. Repetto está dolido y molesto por el desenlace que tiene su alejamiento de Blooming, y los dirigentes de Blooming lo consideran un "caprichoso" porque no quiere llegar a un acuerdo económico que esté al alcance del club.
Lo cierto es que de un tiempo a esta parte, Blooming, sus dirigentes, modelo de conducción en el fútbol boliviano hasta hace poco, han actuado de una manera incorrecta, perjudicando la buena imagen de su institución, e incluso y poniendo en riesgo y en tela de juicio el prestigio bien ganado en los últimos años.
Nunca es tarde para darse cuenta de los errores cometidos. Es una muestra de humildad y grandeza, lo contrario, es soberbia.
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