lunes, 18 de enero de 2010

BRUJAS Y DIABLOS

El argentino Martín Lígori tuvo un buen reencuentro con la exigente e impaciente hinchada de Guabirá, el benjamín del fútbol liguero que igualó el sábado en un amistoso con el siempre complicado Oriente Petrolero.
Después de años de ausencia, tras su exitoso paso como jugador, salió a la cancha como entrenador del cuadro rojo y su equipo dejó una buen impresión, incluso mejor que la de su rival, según los diarios, al mostrarse más ordenado, impetuoso y ambicioso en el encuentro que se llevó a cabo en La Caldera del Diablo de Montero.
Con la experiencia de Sergio Galarza en el arco y la solidez de los argentinos Delio Ojeda y Claudio Centurión en la zaga central, el cuadro azucarero realizó un aceptable encuentro y estuvo cerca del triunfo.
La Bruja Lígori sabe muy bien que los equipos no se arman con pociones mágicas y que a los rivales no se les gana ni se les saca ventaja con manzanas envenenadas, sino con trabajo y formando un grupo sólido.
Guabirá no embrujó a nadie con su fútbol, es cierto, pero mostró que empezó a caminar con pasos firmes.

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