domingo, 6 de septiembre de 2009

LA FAMOSA MANTA CORTA

Bolivia se defendió mucho y atacó muy poco. La estrategia no le sirvió de nada (¿o sí?), ni siquiera para conseguir un empate, simplemente para evitar una caída por goleada ante Paraguay.
Hizo realidad aquella famosa definición del desaparecido entrenador brasileño Elba de Padua Lima "Tim", referida a que el fútbol es como una manta corta, si uno se cubre la cabeza, se destapa los pies.
Porque el seleccionado boliviano, que contó con un arquero inspirado, se refugió en su zona defensiva, agrupó jugadores para cerrarle espacios al cuadro paraguayo, obstruyó los caminos a su arco, y no le quedaron fuerzas ni tiempo para pensar en el arco contrario, intentar atacar con decisión, ser profundo al ir al frente.
Bolivia fue un equipo ordenado, solidario, luchador y decidido, defensivamente, pero todo lo contrario en ofensiva. A la hora de cerrar espacios, estaban todos, al momento, de atacar, sólo Martins. Así es muy difícil lograr triunfos en el fútbol, quedó demostrado una vez más.
Paraguay fue un manojo de voluntades y poco talento. Puro corazón y pases largos. Acabó logrando un triunfo vital para llegar al Mundial 2010 porque la suerte estuvo de su lado. Sí, porque tiene que ver con la fortuna que un rechazo de un defensor boliviano rebote en la espalda de un compañero y termine en penal, una jugada que parecía concluida.
Tras el pitazo final, los paraguayos sacaron los pasajes para Sudáfrica, mientras que los bolivianos tomaron el avión de vuelta a casa para continuar con su tediosa despedida de las eliminatorias.

* Foto La Prensa

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