viernes, 13 de mayo de 2011

EL SUEÑO ACABÓ EN PESADILLA

Blooming estaba para pocas, aquejado por problemas internos que le complicaron la existencia en el momento menos oportuno, y se vino abajo.
Salió a jugársela porque las circuntancias lo obligaban a ello, aunque debilitado por sus notables ausencias y, por ende, con un equipo un tanto improvisado que se fue quedando sin argumentos conforme pasaron los minutos.
A las ausencias de Boyero, Limberg Gutiérrez, Chávez y Carlos Ortiz (separado definitivamente por indisciplina), se le fueron sumando actuaciones deficientes de una zaga en la solo hizo pie el uruguayo Enrique Díaz, un mediocampo pesado, lento, sin luces, y un ataque apagado.
Empujado por la necesidad y su amor propio, buscó el triunfo, generó algunas situaciones pero se encontró con un arquero inspirado que ahogó unas cuantas veces el grito de gol en las tribunas. Sin embargo logró ponerse en ventaja. 
Pero estaba débil, sin fuerzas para soportar complicaciones. Y los problemas surgirían de la mano del talentoso Miguel Loayza, que apareció cuando su equipo lo necesitaba para manejar la pelota y anotar los goles del triunfo.
A Real Potosí le alcanzó con la astucia del pequeño mediocampista, acompañado por la buena labor de sus compañeros de mediocampo, y los reflejos del arquero Lapzick para ganar el partido.
Blooming vive perseguido por los fantasmas del pasado. Anoche perdió el tren hacia el título en la recta final, tal como le pasó el año anterior.

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