viernes, 13 de mayo de 2011

HABÍA UNA VEZ...

Había una vez un equipo que goleaba, jugaba bien al fútbol, deleitaba a sus hinchas, provocaba envidia y admiración en sus adversarios, que lideraba solo el torneo y se encaminaba al título sin moros en la costa.
De pronto esa linda historia cambió repentinamente. El equipo sensación, que maravillaba con su juego a propios y extraños, y metía miedo a sus rivales a punta de triunfos y goleadas, se vino abajo, perdió la alegría de jugar, la capacidad de ganar, y anda a los tumbos.
Oriente pasó de ser un cuento de hadas a una triste realidad. De una primera rueda casi perfecta en la que derrochaba fútbol y goles a una segunda rueda para el olvido en la que deambula en la cancha.
No conocía el triunfo en la segunda parte del torneo, hasta que por fin pudo cortar la racha negativa el domingo pasado venciendo a Aurora, aunque con mucha más pena que gloria.
La alegría le duró poco, porque anoche sumó una nueva derrota al caer en Sucre ante Universitario, dilapidando la posibilidad de recuperar posiciones ante la caída de Bolivar frente a Nacional Potosí.

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