El clásico cruceño que se avecina pierde por goleada, en cuanto a expectativa se refiere, con los que se disputaron en los últimos tiempos, por culpa del mal momento futbolístico que atraviesan tanto Blooming como Oriente Petrolero en este momento.
Ambos equipos no son ni la sombra de aquellos equipos vigorosos de otras épocas y están lejos de las fuentes en cuanto a espíritu y expresión futbolística. No se parecen en nada a formaciones que generaban entusiasmo y llenaban de orgullo a sus hinchas.
Oriente y Blooming se alejaron de su juego tradicional, perdieron jerarquía, estirpe, mística, y se convirtieron en cuadros ciclotímicos, inestables, inseguros, a los cuales les cuesta ganar incluso en condición de local.
Hoy están totalmente desdibujados. Oriente no muestra el temperamento ganador ni el juego arrollador que lo caracterizaba, y Blooming tampoco tiene el fútbol vistoso y efectivo que lo distinguía.
Acá no se trata de que todo tiempo pasado fuera mejor, ya que valoramos lo que hicieron equipos albiverdes y celestes a principio y fines de los 70, así como aquellos que deslumbraron en los 80 y triunfaron en los 90, como también los que destacaron hace casi un lustro.
Nos referimos a jugadores y planteles merecedores de un homenaje -por lo menos-memorístico, en Oriente, por ejemplo, Jesús,Toninho y Dedé; Espinoza, Saucedo Landa, Romero y Aguilar; Ramírez, Tucho Antelo y García; Roca, Cristaldo y Celio; José Alfredo Castillo (el de sus inicios); Cevallos y Erwin Sánchez. En Blooming, Edson, Capú y Luisinho; Gómez, Castro y Huguenett; Baldessari; Milton Melgar, Juan Carlos Sánchez y Rojas; Raúl Gutiérrez, Tucho Antelo y Limberg Gutiérrez; Dimas, Sacripanti, Mojica y Joselito Vaca. Nombres y más nombres, muchos no mencionados porque la lista sería muy larga.
Se extraña el juego, se añora el talento, porque se extravió el buen juego, aquel que tiene una estética, el respeto a una línea que viene de años y que se empieza a valorar cuando está perdida. Por eso los hinchas protestan incluso cuando sus equipos ganan, porque sus equipos no los representan como ellos quieren, con triunfos pero siendo fieles a su historia.
Dicen muchos que los milagros no existen, sin embargo, creo que en el fútbol se producen de vez en cuando. Ojalá que este domingo sea uno de esos días milagrosos en el que Blooming y Oriente se reencuentren con sus antepasados futboleros y sus hinchas de toda la vida, jugando al fútbol que les reclaman unos y otros, y que no tiene nada que ver con el resultado.
* Fotos de José Carranza.
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