Este Wilstermann, que de boliviano tiene muy poco en su formación actual, mostró anoche, ante Emelec, por la Copa Libertadores de América, una marca registrada de los equipos nacionales: la falta de definición.
Como si los extranjeros que lo integran se hubiesen contagiado de ese, al parecer, inveterable mal. Porque lo que se perdió el uruguayo Toscanini, no se puede creer. Falló, solo, ante el golero Klimowicz, ex Blooming, rematando al bulto en lugar de tratar de colocar la pelota.
Fue la mejor oportunidad de Wilstermann en el momento en que mejor se desempeñaba, la segunda parte del complemento, cuando se mostraba firme en la cancha y Emelec no lograba imponer su juego.
El brasileño Mauro Machado acabó siendo la figura del equipo aviador por sus excelentes atajadas, sin embargo fue el responsable del gol que ocasionó la derrota, al salir mal en un tiro de esquina. Ironías del fútbol.
Segunda derrota del representativo boliviano hecho en el exterior, ¿Miami?, ¿Buenos Aires?, vaya uno a saber. Lo cierto es que pese a estar lleno de extranjeros, padeció por un mal tan boliviano como el sorojchi, la falta de gol. Lástima que todavía no se fabrique el "sorojchi gol".
* Foto diario La Razón.
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