lunes, 7 de febrero de 2011

GRACIAS POR TODO...

Blooming cometió errores y Oriente agradecido.
Sí, agradecido con Blooming porque le facilitó las cosas para ganar el clásico, mantener el invicto, sumar su cuarta victoria al hilo, sacarle ventaja al resto y ubicarse como solitario y cómodo lider.
Agradecido, primero, con Chávez por no haber resuelto como debía una acción de ataque con posibilidades de gol, dudar con la pelota en el área contraria pese a tener diversas opciones, perderla, y provocar un contragolpe que acabó con la pelota en el otro arco (el de Blooming, claro).
Agradecido, luego, con el Gato Zabala, que en su apuro por cerrar y despejar el peligro, no se dio cuenta que podía dejar salir la pelota porque no tenía a ningún rival a sus espaldas, y rechazó mal, dejándole la pelota en el área a Mauricio Saucedo, libre de marca.
Agradecido con Mauricio Saucedo por su romance con el gol, por su momento de gracia, y porque hizo gala de su gran técnica al recoger el mal rechazo de Zabala y definir de primera, sin perder tiempo para no darle opciones a los defensores ni al arquero Galarza.
Agradecido con los delanteros de la Academia, Boyero y Óscar Díaz, que pese a complicar a la inestable zaga albiverde no estuvieron certeros ni finos a la hora de definir, razón por la cual dejaron escapar algunas opciones de gol.
Agradecido con el esfuerzo de Terrazas, que tuvo que correr mucho porque sus acompañantes en el medio no tienen tanto despliegue.
Agradecido con la torpeza de la zaga celeste, en especial la del uruguayo Díaz, que en un error de principiante, convirtió una pelota de fácil despeje en una pelota de gol para ...Oriente.
Agradecido con Joselito Vaca por su esfuerzo y su talento, por no perder la lucidez, y ofrecer siempre un haz de luz en la oscuridad, como en el segundo gol, convertido por Aguirre, en el que estuvo atento para apoderarse de una mal despeje, aguardar un segundo para tomar la mejor decisión...esperar al argentino que apareció como una saeta para liquidar el partido.
Y, por último, agradecido porque pese a no jugar bien pudo ganar sacando ventaja de los errores del rival. Esto, ojo, no le quita legitimidad a su victoria, porque vencer gracias al error ajeno, es también es una virtud.

* Foto diario El Deber.

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