Domingo Sánchez, Claudio Chacior, Manolo Núñez... Tres entrenadores dejaron sus cargos a raíz de los malos resultados, en apenas seis fechas, o sea la cuarta parte del torneo Apertura. La impaciencia a flor de piel.
El primero en tirar la toalla fue el argentino Domingo Sánchez, quien decidió dejar Real Mamoré en la tercera fecha porque el cuadro beniano había perdido todos los partidos. Su lugar fue ocupado por su coterráneo Sergio Óscar Luna.
En una especie de efecto dominó, le siguieron esta semana el argentino Claudio Chacior y el español Manolo Núñez, aunque en estos casos fueron despedidos por los directivos de Universitario y Real Potosí, respectivamente, a causa del irregular comienzo de ambos equipos.
Chacior, contratado a principios de temporada tras una buena labor en Guabirá, dejó el plantel chuquisaqueño luego de haber sumado dos triunfos de local y cuatro derrotas, dos de ellas en casa.
El ex jugador de River Plate fue sustituido por Eduardo Villegas, un viejo conocido del club, con el que incluso logró el único título de su historia.
Manolo fue alejado del cargo tras las caída de Real Potosí ante The Strongest, en La Paz. Antes había perdido con Bolívar en la sede de Gobierno, frente a Guabirá en Montero y con Oriente Petrolero en Potosí. Sólo obtuvo dos triunfos, ante La Paz FC, de local, y Real Mamoré, de visitante.
El puesto del español lo ocupa el orureño Marcos Ferrufino, que la pasada temporada dirigió a San José.
La irregularidad está a la orden del día en el fútbol boliviano, salvo raras excepciones, e incide directamente en la suerte de los entrenadores. Su continuidad pende de un hilo y cada fecha es crucial. Un triunfo les asegura el puesto un par de semanas y una derrota los puede despachar a su casa. Por eso, dicen, viven con la maleta lista detrás de la puerta.Como van las cosas, está historia, seguramente, continuará...
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