Oriente fue al Hernando Siles con la intención de arriesgar poco y conseguir algo ante La Paz FC. Al final, la estrategia no funcionó y volvió con las manos vacías, los bolsos llenos de amargura y un descontento generalizado que rebalsa la utilería refinera.
Vitamina Sánchez decidió seguir realizando variantes en busca del mejor funcionamiento. Esta vez no sólo cambió de posiciones a algunos jugadores como ante Nacional Potosí, sino que modificó el dibujo táctico: adelantó unos metros a Zabala y Ribera para darle cabida a un zaguero central (Méndez) y jugar con tres en el fondo (Gaitán-Méndez-Imperiale) y dos laterales volantes. La intención era clara, protegerse atrás, cerrar espacios y luego sorprender con la velocidad y habilidad de Arce, Joselito, Peña y Aguirre.
Otra de las estrategias era demorar el juego cuanto más se pueda, seguramente para recuperarse del desgaste, pero sobre todo para jugar lo menos posible. Todo dirigido por Galarza, un especialista en esto (dicen que lo que se hereda no se hurta...). De tanto preocuparse por demorar se descuidaron de las bandas en el último cuarto de hora, no marcaron como se debía y llegó el gol del paraguayo Rodas, que cabeceó solo en el punto del penal.
Todo lo planeado terminó siendo una pérdida de tiempo. El que se la pasó perdiendo el tiempo, no sólo que desperdició valiosos minutos en esas artimañas, sino que, por preocuparse de ello, acabó perdiendo el partido. ¡Vaya ironía!.
* Foto La Prensa
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