Tarija está de fiesta. Hace 192 años, Eustaquio "Moto" Méndez y sus montoneros derrotaron al ejército realista en la batalla de La Tablada, reforzando los ánimos de quienes luchaban por la independencia.
Esta Tarija alegre, festiva, alegre y acogedora, progresista, rica, dueña de los campos gasíferos más importantes del país que le generan cuantiosos ingresos, productora de vino, que crece cada día en población y en industrias agroalimentarias, es, curiosamente, es una de las regiones más pobres en fútbol.
Hace unos días, se dio cuenta de la crisis de Unión Central, el último representante tarijeño en la Liga del Fútbol Profesional, que está al borde de la desaparición. Hace más o menos una década fue el Club Ciclón de La Pampa el que incluyó al fútbol chapaco en el mapa futbolístico nacional.
La carencia de una estructura sólida y de una buena organización, más la falta de respaldo económico importante, impiden a Tarija contar con clubes que aspiren con posibilidades de representarla nuevamente en el fútbol profesional.
Cada vez surgen menos jugadores de sus canteras, que en otras épocas eran muy ricas, en especial la de Yacuiba, que aportaba futbolistas en cantidad y de gran jerarquía. Actualmente, sobran los dedos de las manos para contarlos.
Esa es la lamentable realidad futbolística de un departamento que tiene todas las condiciones para ser competitivo en muchos deportes y, en especial, en el fútbol. En la Copa AeroSur, con Ciclón como representante, actuando como invitado especial, demostró que con apoyo puede levantar nuevamente.
No deja de ser un hecho curioso que hoy, un ex presidente de YPFB, la empresa encargada del gas y petróleo que en gran cantidad genera el departamento de Tarija, se da el lujo, solo y con plata de su bolsillo (?) y otros ingresos, de mantener a un club en la Liga, mientras que la región generadora de esos recursos naturales no logra tener un lugar en el fútbol profesional. Ironías de la vida.
* Foto de caciclón. blogspot.com
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