Hace un par de años, varios integrantes de aquella recordada selección del '93, que clasificó al Mundial de Estados Unidos 1994, de la mano del vasco Xabier Azkargorta, criticaban a diestra y siniestra a quienes dirigían el fútbol boliviano y exigían un lugar preponderante en el mismo, ya sea como directivos o como entrenadores.
La oportunidad les llegó a algunos y a otros seguramente les llegará más temprano que tarde.
El primero en tenerla fue Carlos Leonel Trucco (2001/2002), quien dejó todo en México para hacerse cargo de la Selección nacional. En el poco tiempo que estuvo realizó un trabajo interesante, abriendo el seleccionado a jugadores que consideraba útiles aún siendo jóvenes y poco conocidos, para tener un universo mayor al habitual, expresó su intención de dar prioridad a gente de buena estatura para equiparar el aspecto físico con el de otras selecciones y estuvo en permanente contacto con sus colegas de los clubes de la Liga. Se fue por la falta de apoyo.
Luego tuvo un paso fugaz, en un par de amistosos, Vladimir Soria (2002). En la actualidad dirige al puntero Real Potosí.
Hoy, se sabe, tiene su chance Erwin Sánchez. Una apuesta personal del presidente de la FBF, Carlos Chávez, pese a su inexperiencia (dirigió unos meses al Boavista). La goleada a la Argentina le dio vida, ya que no tenía crédito en la afición ni en el periodismo por la irregularidad y el flojo desempeño del seleccionado.
Sánchez tiene como colaboradores al goleador de la eliminatoria del '93 William Ramallo, y al arquero (suplente) Marcelo Torrico. Esperan su turno Julio César Baldivieso y Gustavo Quinteros, que se consagraron campeones con Aurora y Blooming, respectivamente. Marco Antonio Etcheverry es otro de los que pretendía un lugar. Sin embargo, no tiene una buena experiencia en su debut como entrenador en el Aucas de Ecuador, con el que marcha último en la segunda categoría. Tiene los días contados en el cargo. Muchos de aquel grupo desaparecieron del ámbito futbolístico, dos fallecieron (Ramiro Castillo y Oscar Sánchez) y algunos siguen jugando (Jaime Moreno, Luis Héctor Cristaldo y Juan Manuel Peña).
Milton Melgar dirigió a Blooming y Oriente Petrolero sin éxito y ahora es el máximo representante del gremio de los futbolistas. En tanto que Marco Sandy entrenó a Bolívar sin fortuna y hoy es entrenador alterno en Wilstermann.
Los celos no están al margen en esta competencia. Pese a haber sido compañeros en aquella etapa histórica, las diferencias afloraron en los últimos tiempos. Julio César Baldivieso es uno de los más críticos con la tarea desarrollada por Erwin Sánchez (entre otras lo acusa de regionalismo), y el sábado demostró que tampoco se lleva bien con Gustavo Quinteros, a quien insultó durante el partido que disputaron sus equipos (Aurora y Bolívar) en Cochabamba.
Por el momento, todo sigue igual en el fútbol boliviano. El cambio generacional todavía no influyó en nada.
* Foto Terra.com.mx
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