Oriente invirtió mucho, todo el mundo lo sabe, para reforzarse de la mejor manera. Incorporó a Joselito Vaca, a Gualberto Mojica, repatrió a José Alfredo Castillo y Juan Carlos Arce, todos jugadores de selección (boliviana, of course), volvió también Milton Coimbra, trajo al argentino Imperiale y al paraguayo Cuéllar.
Contrató al también rioplatense Pablo "Vitamina" Sánchez para dirigirlo tras despedir a Tucho Antelo, y el equipo albiverde volvió a patinar en el torneo liguero, empatando con Aurora luego del receso carnavalero.
El problema de Oriente es que todas sus figuras están por debajo del nivel que, se piensa, pueden y deben rendir. El equipo necesita de la ayuda de sus estrellas para consolidar sus líneas y empezar a brillar.
Muchas veces son los equipos sostienen a las estrellas apagadas u opacas, pero en otras ocasiones, como en esta, son las individualidades las que tienen que aparecer hasta que el conjunto empiece a funcionar.
Oriente necesita del talento de Joselito, de la técnica y el oficio de Mojica, de la habilidad desequilibrante del "Conejo" Arce, de los goles de Castillo, Coimbra y Cuéllar, y de la firmeza defensiva que se fue a buscar en Imperiale.
Estas son las vitaminas que necesita el cuadro albiverde. Si ellos aportan lo suyo, Sánchez podrá estar un buen tiempo en Oriente, de lo contrario, será uno más en la lista de los que pasaron con más pena que gloria.
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