Bolivia se encuentra en una situación especial, complicada, por donde se la mire. Está obligada a salir a ganar ante Colombia para recuperar terreno y mantener chances -remotas pero chances de clasificación al fin- en estas eliminatorias, siendo un equipo de escaso potencial ofensivo y serios problemas defensivos.
El equilibrio no es el fuerte del cuadro de Erwin Sánchez, prueba de ello es que anotó 13 goles y le convirtieron 22 en diez presentaciones. La vez que jugó de visitante le hicieron por lo menos tres goles (Venezuela y Uruguay 5, Argentina y Ecuador 3), excepto Brasil, vaya paradoja, con el que igualó sin tantos en Río de Janeiro. Si sumamos el último amistoso con México (1-5), el panorama empeora.
Sánchez tendrá que recurrir al equipo que le brindó mejores resultados defensivos hasta la fecha, jugando de visitante, para afrontar el duelo clave con Colombia. O sea, el del histórico empate con Brasil. Aquella noche alineó a Carlos Arias; Miguel Hoyos, Ronald Raldes, Ronald Rivero, Ignacio García; Walter Flores, Ronald García, Jaime Robles, Joselito Vaca (m.89, Diego Cabrera) , Jaime Moreno (m.57, Luis Gutiérrez) ; y Marcelo Martins Moreno (m.78, Pablo Escobar).
De todos ellos, el único que no está convocado es Jaime Moreno, por lo tanto, podría repetir prácticamente la formación. Bolivia necesita solidez defensiva y potencia ofensiva, algo que se consigue con una importante dosis de actitud y aptitud, y que, por desgracia, no se consigue en el kiosco de la esquina.
* Foto El Espectador
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