lunes, 9 de marzo de 2009

BLOOMING, PACIENCIA Y DETERMINACIÓN

Oriente jugó mejor, pero ganó Blooming. Falso, totalmente falso. Lo escuché repetir varias veces y, para mí, no fue así. Oriente no fue superior a Blooming en ningún lapso. El partido estuvo parejo en la primera etapa, con opciones para ambos (quizá alguna más clara para los refineros), y luego se inclinó a favor de la Academia a partir del golazo de Gómez.
La mayoría se confundió porque, en determinados momentos, los albiverdes tuvieron más la pelota y la hicieron circular en tres cuartos de cancha, aunque sin lastimar, con los celestes esperando atentos, agrupados, tratando de no perder el orden defensivo -una de las principales preocupaciones del DT Pablo Repetto-, aguardando el momento de salir a presionar y tratar de sorprender. Por eso les costó explicar el triunfo de Blooming.
Además, si uno analiza individualmente a Oriente concluirá en que Castillo deambuló en la cancha (un cabezazo magistral que obligó a una ataja sensacional de Gemio, y punto), Arce aportó poco y nada, Joselito no desequilibró, Aguirre se movió mucho pero no influyó nada, y Mojica tampoco se hizo sentir.
Vitamina Sánchez le dio una idea de juego, eso está claro, basada en el control de la pelota, la elaboración de las jugadas, la eliminación del pelotazo como argumento de ataque, y actitud ofensiva. El perfil que se observaba desde la tribuna era ese, pero los intérpretes que son los encargados de darle vida al libreto, no le aportaron lo suyo, el talento personal que enriquece cualquier argumento.
Blooming, por su parte, salió con la idea clara de no desordenarse, de controlar a su rival, sin ser defensivo, y luego aprovechar sus momentos. Repetto lo planteó de ese modo porque sabe que este no el mejor momento de su equipo. Sus jugadores le respondieron. Fueron obedientes, no perdieron la calma ante un par de sofocones, tampoco les faltó actitud para buscar el triunfo y terminaron sacando rédito cuando se les presentaron las oportunidades.
Que Gómez, un volante defensivo, y Sabja, un mediocampista que entró para congelar el juego, sean quienes hayan definido el partido, habla de un Blooming que si bien no pensaba regalarse, no resignó nunca su ambición de triunfo.
Seamos justos. Blooming ganó bien, trabajando en equipo y definiendo con el aporte de sus individualidades. Tuvo la paciencia de la hormiga para imponerse a un rival que es desinfló ante la adversidad.
Ahhh! Tampoco coincido con quienes sostienen que fue un mal partido. Hubo emociones, buen trato de pelota, estrategias, dos equipos apostando a lo suyo. No hubo preciosismo, pero sí intensidad. Clásicos, son clásicos.

* Foto El Deber

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