Dos partidos en menos de una semana fueron suficientes para acabar con los brotes del supuesto renacimiento del seleccionado boliviano en las eliminatorias, luego de la histórica goleada frente a la Argentina.
Venezuela socavó el entusiasmo el sábado pasado en el Hernando Siles y Chile terminó por aniquilar cualquier posibilidad con la convicción y contundencia de un equipo bien conducido y bien trabajado, que sabe lo que quiere.
Bolivia salió a aguantar a Chile, a complicarlo con mucha gente en defensa y la zona media, a tratar de no perder o perder por poco, sin aspiraciones de triunfo, y terminó desmoronándose en el segundo tiempo ante la persistencia del seleccionado local, que consolidó el triunfo y lo convirtió en goleada con la precisión de Estrada, la calidad técnica de Valdivia y la habilidad de Alexis Sánchez.
Chile ratificó condiciones, demostró que es uno de los mejores de las eliminatorias ganando de local y visitante, que está en el camino correcto y que tiene casi en el bolsillo el pasaje para Sudáfrica.
Bolivia, en cambio, sigue siendo la de siempre, con su inveterada mentalidad de equipo chico y una pobre oferta futbolística. Así, seguirá estando donde está, sin posibilidades de ir siquiera a dar una vueltita por el barrio.
* foto sportsya.com
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